Contaron con Nico, su técnico de sonido, al que los organizadores le dejaron total libertad en la mesa de sonido, y le sacó partido "consiguiendo que sonara barbaramente".
Según las crónicas publicadas en lamiradanegra.es y metaldreams.com, el potente rock que desarrollaron Shisha Pangma, "lleva desde la simple crudeza de unos demoledores riffs hasta el stoner más aplastante, sonando a un volumen atronador que hizo retumbar el suelo. Con un sonido muy característico en las guitarras que recordaba a los británicos Black Sabbath, pusieron toda la carne en el asador al ofrecer sus temas al público.
Tuvieron tiempo para interpretar desde temas más antiguos como 'Luna de Octubre' o 'El Increíble hombre menguante' –su mejor momento sobre el escenario–, hasta unos cuantos de su último álbum: 'Páramo', 'Zinc' o 'El monstruo', y la versión del 'Don´t Believe A Word' de Thin Lizzy, casi sobre la bocina.
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