Concierto en Portugalete (9-2-2008)



Actuación en formato reducido de Shisha Pangma en la sala Dink de Portugalete (Bizkaia), de apenas media hora. La cau-
sa: los retrasos que se fueron acumulando (el pimero, de casi una hora y media en el inicio) y el tope horario que tiene el lo-
cal para la música en directo (la 1:00). Lo cual, teniendo en cuenta que tocaban antes Tinitus y Zumo negro, supuso que varios temas tuvieran que ser eliminados del set-list.

Toda una pena, porque fue uno de los bo- los más arropados que la banda ha vivido últimamente (además de ser el cumplea-
ños de Alberto Barañano, la shisha-voz).
El público estaba plagado de seguidores (varios cantaron las canciones) con una comunión total con el grupo, como quedó patente cuando, en los ajustes previos, Tobal y Jose se arrancaron con el 'Whole Lotta Rosie' de AC/DC, y la peña coreó
"¡Angus!" entre riff y riff. O cuando la primera fila (el sector portugalujo) empezó a cantar estrofas sueltas de 'Los rockeros van al infierno' de Barón Rojo, y Jose los acompañó a la guitarra, muerto de risa.

Al final, cuando comenzó el concierto con ‘Luna de octubre’,
que en directo suena tremenda, quedaban poco más de cinco minu-
tos para la hora tope. Así que los responsables de la sala concedieron unos minutos más, hasta la 1:15.

La siguiente
canción pre- vista era
‘El increíble hombre menguante’, pero había sido sacrificada de salida por la carencia de tiempo. Así que siguieron con ‘En cuatro cajas de cartón’, cuya apertura psicodélica encajaba a la perfección con el ambiente que creaban al alimón la escasa iluminación y la bola de luces que usa habitualmente el grupo.

Siguieron con ‘Zinc’, apoteósica, y ‘Páramo’, que volvió a ser uno de los puntos fuertes del concierto , con una voz más grave y gutural

que de costumbre. Seguidamente, demostraron la efectividad rompe-cuellos de ‘Los niños del sol’.

Cuando iban a atacar con ‘El monstruo’ y
‘Enemiyo’ la recta final del bolo (de la que ya había sido eliminada la instrumental ‘Morir en brazos de nadie’) llegó el aviso para que fueran acabando (era la 1:17). Así que tuvieron que pasar directamente a la sorpresa guardada para terminar: ¡’Love Renoval Machine’ de The Cult!!!!!!! A-co-jo-nan-teeeeeeee.

Tremendo subidón el que recorrió la sala. La ejecución, cuasi perfecta, no desmereció en absoluto a Ian Astbury y compañía. Y la shisha-voz se desenvolvió estupendamente en ese temazo, al igual que los guitarras con los riffs.

Como colofón, no estaba nada mal; pero el público quería más. Y lo demostró pidiendo otra, de un modo tan insistente, que consiguieron una versión más: la habitual ‘Don’t Believe A Word’ de Thin Lizzy.
Final anglófilo por partida doble.

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